LA IGLESIA FORMADA POR DISCÍPULOS QUE SE  REPRODUCEN.

Alguien me hablo de Cristo, me discípulo y luego me invito a la iglesia, esta es la mejor forma de crecer y desarrollarme en el ministerio. El  éxito en establecer nuevas iglesias no dependerá únicamente de ganar nuevos convertidos para Cristo, sino en el hacer discípulos verdaderos que obedecen fielmente y se reproducen.Toda iglesia comenzó con evangelismo y discipulado, y se va desarrollando de acuerdo a la reproducción de cada discípulo.

La fundación de una iglesia local  involucra guiar a la gente a una fe y sumisión a Cristo.  Como se ve en la discusión anterior sobre el mandato de Cristo a Sus discípulos, la conversión  es el primer paso para hacer discípulos.

Siempre se debe recordar que una conversión sólo por tener otra conversión no es la meta.  Una conversión se debe ver como simplemente el primer paso en el proceso de la vida. Hacer discípulos guía a los nuevos convertidos a un entendimiento de Cristo y su voluntad que sigue creciendo y que les edifica de tal manera que obedezcan más y más cada día. Este entendimiento y obediencia creciente proviene de corazones llenos de amor hacia Cristo y otros. En otras palabras, una ‘comunidad’ verdadera se crea cuando se hacen discípulos de la manera apropiada.  Si una nueva iglesia  consiste en el establecimiento de nuevas “comunidades” de discípulos, entonces hacer discípulos, como lo comprendemos aquí, es absolutamente necesario.

Otro aspecto vital en fomentar discípulos obedientes es capacitarlos para el ministerio. Hacer discípulos incluye permitir a sus convertidos servir a otros de una manera fructífera, usando los dones espirituales que Dios les ha dado. Por eso, hacer discípulos dirige a una multiplicación rápida de colaboradores en el ministerio. Los nuevos colaboradores serán los que ayudarán con la tarea en el ministerio. Esta multiplicación rápida de colaboradores es uno de los factores más críticos en el establecimiento de nuevas iglesias o ministerios, la meta tiene que ser siempre la reproducción.

FIJARME LA META ME LLEVA A DESTINO

Toda iglesia, ministerio u organización tiene que tener un plan de hacer discípulos, no puede coexistir el evangelismo sin un discipulado.

  • Entender su meta de hacer discípulos
  • Comprender la condición espiritual actual de su gente
  • Desarrollar un plan para ayudar a la gente a crecer de donde está ahora hasta la meta de hacer discípulos

Su preocupación aquí es identificar cuál es su meta y permitir que esta meta determine lo que está haciendo ahora. Dios es el que determina la meta. Nuestra responsabilidad es entender claramente lo que Él nos está llamando a hacer y luego responder en fe y obediencia. Cualquier planeación que nosotros hacemos no es nada más que nuestra respuesta obediente al propósito revelado por Dios. Planeamos porque queremos obedecer a Dios con todo nuestro corazón y mente. Planeamos porque nos proponemos obedecer y ordenar nuestras vidas conforme a Su propósito. Tal planeación siempre se hace en una dependencia consciente en Dios, sumergido en oración.

Con respecto a hacer discípulos, su meta es vidas de obediencia a la voluntad entera de Cristo. Su punto de partida es la condición espiritual actual de la gente que está discipulando. Finalmente, usted tiene que desarrollar una estrategia para llegar a la meta, cómo va a ayudar a la gente a crecer de donde está ahora hasta una obediencia total a la voluntad de Cristo. Tiene que encontrar una manera práctica para ayudarles a comprender más profundamente lo que significa vivir como miembros de la comunidad de Cristo y permitirles vivir de una manera apropiada.  No hay ningún programa, tiempo o lugar fijo en cuanto a hacer discípulos. Es un proceso dinámico que se puede lograr por medio de una variedad de maneras y gentes. Siempre teniendo en claro que estoy reproduciendo mi vida en otros, por consecuencia debo ser un imitador de Cristo.